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¿Alguna vez has sentido que, a pesar de trabajar más horas y vender más, terminas ganando lo mismo… o incluso menos? Si te identificas con esto, no estás solo. Muchos empresarios creen que la única forma de crecer es aumentar las ventas, pero a menudo olvidan una verdad fundamental: no se trata de cuánto vendes, sino de qué y a quién vendes.
Hace poco, empecé a trabajar con un empresario que vivía atrapado en su negocio. Su día a día era una carrera sin fin para atender clientes, cumplir con pedidos y resolver problemas. Pero cuando revisamos juntos su negocio, descubrimos algo revelador: no todos sus servicios eran igual de rentables ni todos sus clientes valían la pena.
Trabajar más no siempre significa ganar más. Muchas veces, el problema no está en tu esfuerzo, sino en la estructura de tu negocio.
Estos son tres síntomas claros de que podrías necesitar un cambio:
Si estas ideas resuenan contigo, te invito a dar el primer paso hacia un negocio más rentable y una vida más tranquila.
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No permitas que tu negocio sea el que controle tu vida. Empieza a tomar las riendas hoy mismo.
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